sábado, 8 de febrero de 2020

¿Que Cuántos Años Tengo? De José Antonio Coppen


El siguiente texto a decir verdad no lo conocía tanto pero dedico esta entrada a la persona que me lo hizo llegar junto con la consulta de sí el autor será o no José Saramago.


Como siempre sucede con los textos que circulan por Internet, puede una encontrarlos bajo diferentes títulos. Este escrito en particular lo he encontrado como “Qué cuántos años tengo”, “Poema de la Vejez” y también “Mañana es la única utopía”, siempre asociado a José Saramago hasta una cierta fecha. Existe también una versión que circula con una especie de Introducción:



"La vida no te está esperando en ninguna parte, te está sucediendo. No se encuentra en el futuro como una meta que has de alcanzar, está aquí y ahora, en este mismo momento, en tu respirar, en la circulación de tu sangre, en el latir de tu corazón. Cualquier cosa que seas es tu vida y si te pones a buscar significados en otra parte, te la perderás". Frecuentemente me preguntan qué cuántos años tengo... ¡Qué importa eso!..

En la mayoría de los casos sin embargo, encontré que circula sin esta Introducción y básicamente es el texto siguiente:

Qué cuántos años tengo? -

¡Qué importa eso !
¡Tengo la edad que quiero y siento!
La edad en que puedo gritar sin miedo lo que pienso.
Hacer lo que deseo, sin miedo al fracaso o lo desconocido..
Pues tengo la experiencia de los años vividos  
y la fuerza de la convicción de mis deseos.
¡Qué importa cuántos años tengo!  ¡No quiero pensar en ello!
Pues unos dicen que ya soy viejo,  y otros "que estoy en el apogeo".
Pero no es la edad que tengo, ni lo que la gente dice,  
sino lo que mi corazón siente y mi cerebro dicte.
Tengo los años necesarios para gritar lo que pienso,
para hacer lo que quiero, para reconocer yerros viejos,
rectificar caminos y atesorar éxitos.
 Ahora no tienen por qué decir: ¡Estás muy joven, no lo lograrás!
¡Estás muy viejo, ya no podrás!
Tengo la edad en que las cosas se miran con más calma, 
pero con el interés de seguir creciendo.
Tengo los años en que los sueños,
se empiezan a acariciar con los dedos,
las ilusiones se convierten en esperanza. 
Tengo los años en que el amor, a veces es una loca llamarada,
ansiosa de consumirse en el fuego de una pasión deseada.
y otras... es un remanso de paz, como el atardecer en la playa..
¿Qué cuántos años tengo?  No necesito marcarlos con un número,
pues mis anhelos alcanzados, mis triunfos obtenidos,
las lágrimas que por el camino derramé al ver mis ilusiones truncadas...
¡Valen mucho más que eso!  ¡Qué importa si cumplo cincuenta, sesenta o más!
Pues lo que importa: ¡es la edad que siento!
Tengo los años que necesito para vivir libre y sin miedos.
Para seguir sin temor por el sendero,
pues llevo conmigo la experiencia adquirida y la fuerza de mis anhelos
¿Qué cuántos años tengo?  ¡Eso!... ¿A quién le importa?
Tengo los años necesarios para perder ya el miedo y hacer lo que quiero y siento!!.
Qué importa cuántos años tengo   o cuántos espero, 
si con los años que tengo,  
¡aprendí a querer lo necesario  y a tomar, sólo lo bueno!


Sin mayores preámbulos: No es un texto de Saramago. El asunto es saber si será anónimo o tiene autor conocido. 

Rastreando por la Red, las entradas más antiguas donde se hace alusión a este texto como un escrito de José Saramago se remontan aproximadamente al año 2017 (y recordemos que el escritor falleció el año 2010). Y, anterior a esa fecha pude dar con algo muy interesante en la Sección de Cartas de los Lectores del Diario La Nueva España del 26 de Febrero del 2016 



Es una carta enviada por un señor llamado José Antonio Coppen Fernández; dice así:

¿Que cuántos años tengo?

26 de Febrero del 2016 - José Antonio Coppen Fernández
¡Qué importa eso! Una cosa nos interesa adelantar a nuestros lectores: no se nace joven, hay que adquirir la juventud mediante la constante evolución. En buena parte de la sociedad existe un afán desmedido por conocer la edad ajena. No sé por qué se les ocurre tal ocurrencia, valga la redundancia incluida deliberadamente. A nuestro entender, la edad forma parte del patrimonio de la humanidad y nadie, o casi nadie, se toma la licencia de preguntarle por su patrimonio, salvo Hacienda. Cuando alguien osa en preguntarnos tal dato, nuestra contestación es llevar el dedo índice a la frente y decir de "aquí" tengo 30 años. Así despejo el interés de los curiosos.
A este respecto, hemos recepcionado una serie de argumentos curiosos para rebatir el interés por la edad ajena: ¿que cuántos años tengo? Ahí les va la contestación resumida, para no extendernos demasiado:
-Tengo la edad que quiero y siento.
-La edad en que puedo gritar sin miedo lo que pienso.
-Pues tengo la experiencia de los años vividos y la fuerza de la convicción de mis deseos.
-No quiero pensar en ello. Unos dicen que ya soy viejo/a, y otros, que estoy en el apogeo.
-Pero no es la edad que tengo, ni lo que la gente dice, sino lo que mi corazón siente y mi cerebro dicte.
-Tengo los años necesarios para hacer lo que quiero, para reconocer errores viejos, rectificar caminos y atesorar éxitos.
-Tengo la edad en que las cosas se miran con más calma, peo con el interés de seguir creciendo.
-Tengo los años en que los sueños se empiezan a acariciar con los dedos, y las ilusiones se convierten en esperanza.
-Tengo los años en que el amor a veces es una loca llamarada, ansiosa de consumirse en el fuego de una pasión deseada y otra, en un remanso de una pasión deseada… y otras en un remanso de paz, como el atardecer en la playa,.
-¿Que cuántos años tengo? No necesita marcarlos con un número, pues mis anhelos alcanzados, mis triunfos obtenidos, las lágrimas que derramé por el camino al ver mis ilusiones truncadas ¡valen mucho más que eso.
-¡Qué importa si cumplo 50, 60 o más, pues lo que importa es la edad que siento! -Tengo los años que necesito para vivir libre y sin miedos. Para seguir sin temor por el sendero, pues llevo conmigo la experiencia adquirida y la fuerza de mis anhelos.
-¿Que cuántos años tengo? ¡Eso a quién le importa! Tengo los años necesarios para perder el miedo y hacer lo que quiero y siento. ¿Qué importa cuántos años tengo o cuántos espero alcanzar? Si con los años que tengo aprendí a querer lo necesario y a tomar sólo lo bueno.
Que tengan todos nuestros lectores un hermoso día.

Así las cosas: el texto entonces corresponde a una carta enviada al periódico La Nueva España por don José Antonio Coppen Fernández. Alguien extrajo de su carta sólo la porción que le pareció y lo hizo circular ahora como prosa poética o directamente como un poema. El por qué se le asignó a José Saramago ya es muy difícil de dilucidar, muy probablemente al comienzo circularía como “de autor anónimo” (de hecho, en algún blog así lo presentan) y luego, tras el fallecimiento del Premio Nobel portugués, comenzaron a atribuírselo. En el camino también alguien le agregó la Introducción que puse en letra chiquita al comienzo de esta entrada (si se lo preguntan, no la puse en tamaño pequeño por casualidad sino que, sinceramente creo no merecía mayor espacio). El asunto es que el texto que circula con varios nombres, entre ellos “ ¿Que cuántos años tengo?” tiene un autor y se llama  don José Antonio Coppen Fernández .

Ahora bien  y ¿quién es don  José Antonio Coppen? Pues un Escritor y Cronista de Lugones, Asturias, nacido en 1937 y conocido también como “Morocho”.

Aquí, una foto de él de octubre del 2019,  sacada del Diario El Comercio a razón de la presentación de su último libro  'Lugones, factor humano', el último volumen de una  trilogía sobre la localidad.
En la nota de El Comercio, se puede leer algo que explica y se une muy bien a la carta que enviara al periódico en el 2016 al Diario La Nueva España y que dio origen al texto que motivó esta entrada. El periodista dice al final de la entrevista:

Además, sobre su edad, la cual nunca desvela, volvió a bromear con los asistentes: «tengo treinta aquí arriba», dijo mientras se señalaba con la mano la cabeza.

Como podrán darse cuenta, es lo mismo que dice al comienzo de la Carta enviada al Diario en el 2026:  “Cuando alguien osa en preguntarnos tal dato, nuestra contestación es llevar el dedo índice a la frente y decir de "aquí" tengo 30 años. Así despejo el interés de los curiosos.”

Y así también espero haber despejado las dudas del amable lector del blog que me hizo la consulta.