sábado, 15 de noviembre de 2014

Dicen que yo dije...

Existen, desde siempre,  infinidad de obras, frases e historias apócrifas que el dinamismo de Internet,  no ha hecho más que ayudar a diseminar  y perpetuar. Los múltiples casos de obras con incorrecta atribución de los autores es un asunto que preocupa a las fundaciones de escritores y  por supuesto,  a los autores reales de los textos sean éstos consagrados o emergentes.
Pero ¿cómo y por qué termina un texto adjudicado a otra persona?, pues es difícil responder eso; existen algunas ideas:

1.- El autor original  es quien sube el texto a la red, enviando su trabajo a  revistas electrónicas, páginas de literatura o  a sus contactos personales. Considero esto un acto temerario pues  si el texto es del agrado de alguien, quien quiera que sea, nada impedirá que  haga el copy/paste saltándose el nombre del autor por pereza, por considerarlo menos relevante que el texto en sí... ¡por un sin número de razones!  donde el resultado final siempre será que el texto comience a disgregarse en la red sin autor de referencia. 

2.- Es muy común que la gente tome extractos que le gustaron de textos más largos, los saque de contexto y los use como frases para el bronce. También es bastante recurrente que la gente modifique textos que se encuentra por ahí, sobre todo si capta que los autores no son tan conocidos. Estas modificaciones dan para todo; por loco que parezca, hay mucha gente que gusta de hacer adaptaciones personales a los textos, ignorando al parecer que eso es un atentado a la obra ajena; y esta adaptaciones incluyen sus propios y personales puntos de vista; me he encontrado con textos donde alguien consideró juicioso eliminar o cambiar palabras  y así adaptar un texto "para todo público" o para un público más "moralista". También textos donde alguien consideró debía incluirse alguna alusión divina y sin más agregan frases a su antojo o simplemente hay estrofas o fragmentos que no son de su agrado y sin  que les tiemble la mano le dan a la tecla delete.

En los casos anteriores hay una falla de inicio de parte de los propios autores; un poco de inocencia si suben trabajos que no ha inscrito debidamente en los Registros de Propiedad Intelectual. No obstante, es un hecho que hacer tal inscripción NO los  librará de que tomen su obra sin su consentimiento; sólo les dará más armas para poder reclamarlas y aclarar de mejor manera el problema. Autores emergentes y  otros reconocidos  con obras inscritas debidamente, incluso con la obra editada  han sufrido estos problemas.  En estos casos al menos, los autores tienen más esperanzas de recuperar a sus hijos literarios o excluirlos cuando se los achacan de manera errada.  

3.- Hay personas que encuentran textos  de su agrado y por razones que no logro explicarme, simplemente los hacen circular cambiando el autor por uno famoso... a veces  ignoran que el autor original también era famoso... otras veces tal vez piensen que  hacerlo circular bajo otro nombre de más peso literario le queda mejor ¡vaya a sabe una! otras veces se han producido errores garrafales en esferas de gente que se supone debiera resguardar estos detalles. A veces les basta que alguien les diga "parece que es de ...." y sin averiguar más lo hacen circular bajo otra autoría. 

4.- Hay casos sobre textos que parecen haber sido escritos a propósito para  darse una especie de gusto personal; es lo que ha pasado, por ejemplo,  con algunos autores reconocidamente ateos a quien alguien -que al parecer no se conforma con que se haya muerto persistiendo en su ateismo- le endilga textos que darían cuenta de su posible conversión y arrepentimiento. Estos textos suelen aparecer al poco tiempo de fallecido el personaje, casi siempre con el encabezado de "las últimas frases" "la última carta" etc. 

Sea cual fuere el origen de los textos apócrifos, no siempre es fácil darse cuenta; más bien puede resultar muy difícil si no se está medianamente familiarizado con el trabajo del autor en cuestión; cuando se trata de nuestros autores favoritos, solemos sospechar  que algunas cosas que recibimos no pueden haber salido de su pluma pero, cualquiera de nosotros, en algún momento, podríamos caer en uno de estos errores de manera absolutamente involuntaria,   probablemente todos y todas, en mayor o menor grado damos por ciertas más de una cita, un texto, un relato, que en realidad no corresponden a las fuentes que siempre les hemos atribuido.

Para el común de los usuarios, diseminar textos con errores de  atribución es un acto inocente; elaboran o ayudan a difundir reflexiones, poemas, frases y citas sin mala intención ni afán de obtener más beneficio que  alegrarle el día a alguien o  simplemente les gusta compartir algo que leyeron y les gustó  mucho. Citar  correctamente a los autores o  verificar que lo que recibieron sea veraz puede que ´ni siquiera  les importe mucho, no por querer faltar el respeto a los creadores sino más bien por una relativización del asunto; cuando alguien le aclara  a otro la autoría de un texto varias personas coinciden en argumentar que  "no importa quién lo escribió sino  cómo lo escribió... lo que dice el texto, lo que representa para alguien o  el sentimiento que  les produce" . Y de cierto modo, eso es atendible: los gustos y sensibilidades son muy personales. Sin embargo; a cada quien lo suyo y en literatura; los textos son como hijos.

Como sea, la intención de este blog, sólo es hacer las aclaraciones correspondientes en términos de autores;  Aportar con un granito de arena   para dar crédito a quien corresponda y  ayudar a detener la expansión de tantos escritos que circulan erróneamente atribuidos a escritores y personajes reconocidos que a veces puede ser un honor y en otras ocasiones un dolor de cabeza dependiendo de la calidad de los escritos endilgados pero eso no es materia de este blog; si los textos en cuestión son malos o buenos,  queda al criterio y gusto de cada cual. 
Un texto gusta o no gusta, nos llega profundamente o se resbala sin adentrarse en nosotros y todo eso muchas  veces sin saber grandes cosas de sus autores; así es que este blog de ningún modo es de denuncia o algo similar, sólo es una vía de expresión de la curiosidad, del deseo de saber más sobre el trabajo de  personas  reconocidas o emergentes y, sobre todo, del simple amor a las letras y lo que el lenguaje escrito es capaz de lograr.  

3 comentarios:

  1. Hola. Trabajo en una institución educativa donde nos festejaron el Día del Maestro. Entre los presentes que entregó el cuerpo directivo se incluyó el "poema" erróneamente atribuido a Mario Benedetti (no te rindas). Lo hice saber a uno de ellos quien de inmediato hizo una búsqueda rápida en la red y me mostró una página que confirmaba a Benedetti como autor de algo que a todas luces (para quienes disfrutamos su obra) no había escrito él. Fue así que di con tu blog y celebré encontrar quién se interesara por hacer contrapeso en un vicio tan común como fomentar la divulgación de textos apócrifos. Lamento que hayas abandonado el proyecto (tu más reciente publicación data de hace un año). Hay otros tantos textos apocrifos que inundan la red que bien merecen un espacio en tu blog. Por ejemplo, la famosa frase "ladran, Sancho...", atribuída a Don Quijote; o la falsa carta de Gabriel García Márquez a George Bush con mitivo de los atentados del 11 de septiembre; o la frase "Dios dijo 'ayúdate que yo te ayudare'" que no aparece en la Biblia. Son los que recuerdo por el momento. Espero te animes a continuar con el proyecto. Si no lo haces, igual recibe una felicitación por el trabajo ya realizado. Saludos.

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    1. Miles de gracias por tus atentas palabras; Filiberto, han sido muy gratificantes. Espero poder retomar el proyecto en breve.

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  2. Es una pena que falten el respeto a escritores. De Julio Cortázar hay un montón.

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